CON
NOSOTROS......
JESÚS Y MARÍA
No hay nada que hacer, ÉL marca todos nuestros
caminos.
En un principio, cuando inicié la página y comenté
sus objetivos y contenidos, nombré la existencia de esta sección
de Reportajes.
Muchos de los que ingresan periódicamente, me preguntaban cuando
iba a empezar con los Reportajes prometidos. Es que, desde un primer momento
dije de varias personas que tenía ya comprometidas para estas entrevistas
pero, como quiero que todo salga bien y quiero tenerlo todo bien controlado,
todavía no me había animado a comenzarlas.
Pero llegó Semana Santa. Para algunos, una semana de vacaciones;
para otros, cinco días (porque, en esta oportunidad, a los cuatro
días de Semana Santa, había que agregarle el feriado por
la guerra de Las Malvinas) bárbaros para rajarte a cualquier lado;
pero también para muchos, gracias a Dios, fueron días para
reflexionar y para hacer un balance de sus vidas. Y, de paso, ayudar a
que otros "caigan", vean y se den cuenta del inmenso valor que
hay que darle a esta semana de RECOGIMIENTO y ORACIÓN.
Y eso fue lo que hicieron este magnífico grupo de jóvenes
que formaron los Padres Guillermo Marcó y Enrique Sívori,
con la colaboración del seminarista Darío Gorini, en la
Parroquia San Nicolás de Bari. Después de estar preparándose
un mes entero, salieron por las calles a misionar, a mostrar que, más
allá del "corralito", "cacerolazos" y "piqueteros";
había algo mucho más importante.
Había ALGUIEN que dio SU VIDA por cada uno de nosotros y a quien
muchos, se daban el lujo de IGNORARLO.
Además de misionar en las calles, prepararon para el Viernes Santo
a la noche, un Vía Crucis Viviente. Y fue ahí cuando sentí
como si ÉL me pidiera, que este fuera mi primer reportaje. Que
entrevistara a JESÚS y a MARÍA encarnados, para esta ocasión,
en "Beto" (19)
y "Maribí" (46) Allemand.
A mí me tomó de
sorpresa porque, en un primer momento Diego (Laurence) iba a ser de Cristo.
Más bien que cuando me lo ofrecieron tuve una emoción enorme,
temblaba todo. ¿Yo de Cristo...? Ni qué hablar cuando me
pidieron que le ofreciera a mamá, que hiciera de María.
No lo dudé un segundo y salí corriendo a pedirle a mamá
que aceptara.
Ya el año pasado me había encantado
y emocionado verla a Eugenia (López Regueira), cuando representó
a María.
Este año no podía creerlo cuando "Beto" me dijo
que le habían ofrecido a él, el papel de Cristo; y que quería
compartirlo conmigo, haciendo de María.
Pero no creas que acepté enseguida. Por un lado estaba ansiosa
y feliz de tener semejante honor; poder compartir tan dura pero linda
misión, con uno de mis hijos; pero por otro lado imaginaba que
iba a ser un mar de lágrimas y por eso tardé en aceptar.
Es que, además del placer de representar
a Cristo en el Vía Crucis,
todo eso trae incorporado una enorme responsabilidad. Para mucha gente
que me vio, soy Jesús y entonces no se puede ser indiferente. Sé
que soy joven todavía y que no puedo ni compararme con ÉL,
pero también sé que si ÉL me puso ahí, en
ese momento, algo espera de mí (como lo espera de todos sus hijos)
y eso implica una importante responsabilidad.
A mí también, en mi papel de madre,
me hizo pensar en la ACEPTACIÓN de MARÍA. Que poca dispuesta
estoy yo, al decir SÍ, en las cosas que nos pasan en la vida.
Intenté vivir el camino de las catorce Estaciones, de la forma
más realista posible. Te aseguro que viviéndolo en esa forma
es IMPOSIBLE no AMAR a JESÚS. Es tan duro el imaginar todo lo que
padeció ÉL desde la primera Estación, cuando el pueblo
pedía a los gritos que suelten a Barrabás, antes que a ÉL.
Y como tiene que haberle costado, mirarlos con AMOR, mientras era azotado,
escupido e insultado...
Me gustó mucho la cuarta Estación, cuando JESÚS se
encuentra con SU MADRE. (Hacía bastante que no la veía a
mamá, en serio,
porque nos habíamos ido a vestir y no nos dimos un beso antes de
empezar). Por eso viví también yo con alegría sincera
el encuentro con MARÍA y sonriéndole (igual que JESÚS),
tomé fuerzas para seguir.
Cuando estaba colgado en la cruz, te aseguro que me pareció verlo
a Beto todo acalambrado. Pensaba en la Virgen en esos momentos y por eso
mis lágrimas. Si para mí, Beto estaba acalambrado y sufriendo
y tenía ganas de gritar, que me lo bajen de la cruz, imagino el
dolor de MARÍA, ante una realidad mucho más cruel y verdadera.
Yo, cuando estaba arriba en la cruz, mirando a toda la gente que había
en la Iglesia, fui consciente del enorme sufrimiento de JESÚS.
Todavía me cuesta a entender como en ningún momento se enojó
y como pudo perdonarlos, a pesar de todo.
A MARÍA le agradezco por su HUMILDAD, por
su AMOR y por su SÍ
PERMANENTE. Y le pido al mundo, como dijo ELLA que VOLVAMOS AL CORAZÓN
DE SU HIJO COMO FUENTE INAGOTABLE DE AMOR.
Ojalá haya podido transmitir a la gente algo,
de lo mucho que sufrió JESÚS por nosotros.
Que la gente lo haya vivido con el corazón, más que con
los ojos.
Sinceramente creo que no hacen falta más palabras.
Sólo un enorme GRACIAS por todo lo que han dicho y representado
"Beto", "Maribí" y todo el equipo misionero
de San Nicolás de Bari.
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